26.8.10

Lluvia ajena, lluvia cercana...

¿Y quién sabe como educar al corazón?
¿Quién tiene idea de como filtrar la angustia?
¿Cómo cortar de un tajo tanta desazón?
¿Cómo deshacer esta amargura tan mustia?


Desde la inocencia de mi inconsciencia,
revuelvo el aderezo de mi inconstancia,
reinauguro el camino de la estridencia,
y abandono el nido de la jactancia.


Hoy que mis lárgimas significan todo,
hoy que siento que ya no queda nada,
hoy que perdí tanto y tanto y sin decoro,
deseo el silencio maldito de la madrugada.


Salir corriendo bajo la lluvia,
y mojarme hasta la médula del alma,
resbalarme y tropezar por estas vías,
nomás por el placer de restaurarla.


JLS, en un día ajenamente aciago...

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