29.7.10

¿Quien...?

¿Quién fuera la idea lasciva,
que balancea el puente de tu mente,
que se desboca en sensaciones furtivas,
que rememora la pasión indiferente?

¿Quién fuera la boca intempestiva,
que te roba un suspiro complaciente,
que te llena de alegrías prometidas,
que detiene los latidos indecentes?

¿Quién fuera el dedo que comienza en la rodilla,
que atacara una batalla por el frente,
que explotara risas sin cosquillas,
que lograra un letargo contundente?

JLS...not yet

28.7.10

Cercanamente cercado

Diá tras día, al pasar corriendo por ese lugar tan atractivo como reservado, tan misterioso como repelente; fue creciendo dentro de mi, primero como curiosidad, luego como inquietud y más tarde como una necia necesidad, la idea de penetrar ese límite y poner mis pies en un territorio que siendo ajeno era ya tan mío. Y comenzó la hazaña como deben de comenzarse todas las aventuras, por un plan maestro que me entretuviera el pensamiento en lo que el valor me infectaba la razón. La meta era no olvidarse de ningún detalle, de contemplar todo lo posible y prepararse para todo lo probable; dedicar una semana a tomar fotografías mentales del contorno, snapshots desde mi memoria que registren todos los pixeles posibles. Luego la transcripción al papel: diagrama, plano, sketch, blueprint, isométrico, dibujo, bosquejo, croquis, mapa...no supe como llamarle pero lo hice lo mejor que pude. Después, la idea central, la secuencia de lo que me atrevería a hacer, el storyboard de mi travesura. El plan estaba listo pero había algo que me molestaba, una pequeña parte no considerada que no podía identificar; cavilé unos días, pero no dejé de ir a correr, desvié la ruta para pasar por cada uno de los lados de esa cerca que ejercía sobre mi una atracción sin igual. Pasé en un sentido y al día siguiente hacia el otro. Ya necesitaba entrar, mi resistencia era prácticamente nula. Estaba decidido, sería el día siguiente.

 El despertador ni siquiera sonó, mi ansiedad no se lo permitió; las abluciones matutinas cotidianas, es decir la misma bendita rutina, y en menos de lo que mi alma somnolienta pudiera darse cuenta, emprendí sobre el camino y sentía como me acercaba al objetivo paso a paso, pisada tras pisada, latido tras latido. Al doblar por la última curva, apareció lo imprevisto...un camioneta estacionada a un costado de la cerca, había 2 trabajadores quitando la cerca. Ya no habría necesidad de usar la cuerda que había atado a la rama frondosa de un árbol mal crecido, ni la piedra que tiraría hacia el otro extremo del camino y cuyo ruido sobre las láminas de un pequeño portal vecino, me serviría de distracción para saltar furtivamente al lado prohibido. No, ya nada de eso era necesario. Pregunté y el terreno había sido cedido como un área verde pública; caí en cuenta de la parte que había desadvertido: la información de a quién pertenecía el lugar y si había movimiento a otra hora del día que no fuera la acostumbrada.

Sin barda de por medio, el deseo desapareció...a buscar otra cerca que cruzar.

José L Santisbón


27.7.10

Arritmia...

Y el susurro que emerge,
mimetizado en inspiración,
con el disfraz del chispazo que quema lo interior.

Se asfixia la prisa,
se envenena la calma,
renace el grito que transporta desesperanza.

Y la costumbre del tedio,
que se inmola en un rito,
no se aceptan sorpresas ni se acumula lo visto.

No entiendo lo nuevo,
no me mueve este ritmo,
ni el brillo intermitente evita mi suplicio.

Y muero indeleble,
no heredo lo escrito,
la frecuencia silente se impone al latido.

JLS